Resumen del Libro
Resumen del libro "Lágrimas de Ángeles" por capítulos
Capítulo I
Nos narra, la vida de Jaime, un niño de once años, quien se despierta una mañana sin la compañía de su padre y lejos de su casa. Bajo un frio intenso y en una ciudad desconocida. Él había viajado a la capital con su tía y su padre. Quien se iba del país en busca de una mejor oportunidad, dejando a Jaime al cuidado de su tía, pero al ver a su padre perdiéndose entre la gente, sintió un dolor tan grande y una tristeza inmensa que inundaba sus ojos. Y convirtió su dolor en ira y salió corriendo del aeropuerto hasta más no poder, sentía impotencia al no haber podido detenerlo. Él era hijo único y sentía un vacío muy grande pues su madre, años atrás también se había ido al extranjero, a una Europa desconocida con países, ciudades de nombres difíciles de pronunciar. Mientras corría pensaba en su cruel soledad, sin darse cuenta llegó hasta una avenida donde se detuvo un momento y empezó a vomitar. después siguió su camino y al cruzar la calle un humo negro lo rodeo y casi es atropellado por un carro cayendo sobre la vereda. Cuando de repente escucho una voz burlona que le decía ¡que tonto eres, casi te mata el bus! levantó la mirada y vio una niña harapienta que se reía de él, en ese momento sintió que su cara ardía más que las laceraciones que tenía en sus manos. Luego, paso otro bus y se fueron. Ella, se presentó como La Flaca y le dijo que trabaja en un semáforo vendiendo chocolates. Ella, era extrovertida y él era tímido. Le preguntó si era foráneo, pero él, no respondió sólo le pidió que lo dejara trabajar. Ella le advirtió que el trabajo no era fácil.
Capítulo II
Menciona que La Flaca, lo dejó trabajar con una condición de que le comprara un chocolate. Ya que, no solía confiar mucho en las personas. Él, le dijo que no tenía dinero que después de vender le pagaría. Pero ella, insistía en el pago y él decidió pagarle y al revisarse sus bolsillos se dio cuenta de que no tenía las pocas monedas que lo acompañaban. La niña le jugó una broma había tomado el dinero sin que él se diera cuenta, después le devolvió y siguieron caminando y le aconsejo que tuviera mucho cuidado donde se guardaba sus monedas ya que en la ciudad las cosas se solían perder con mucha facilidad. Él nunca se imaginó que ella, le podía robar. En ese momento sintió que estaba en un mundo nuevo del que no sabía nada. Ya que siempre había vivido en un pequeño pueblo. Donde su familia poseía tierras y la cultivaba y vivían de eso, pero con el pasar del tiempo las cosechas se desvalorizaron y decidieron emigrar en busca de una mejor vida. Lo más triste de esto fue que las familias se dividieron, los abuelos y tíos se quedan al cuidado de los hijos, aunque algunos se quedaron, pero con el pasar de tiempo la situación empeoro la rebeldía de los corazones infantiles formó pandillas que desafiaban la tranquilidad de los habitantes. Ya que el calor familiar se cambió por un cheque. Después de caminar algunas cuadras, llegaron al lugar donde ella trabajaba, le mostro una calle de doble avenida y rodeada de muchos arbólales. Le comentó que gracias a su astucia y valentía había vivido 11 años allí y que conocía casi todos los barrios, callejones, subterráneos y desagües de la ciudad. Y que había nacido en la cárcel. Al llegar estaban tres niños más trabajando, y antes de empezar, debían hablar con el hombre que administraba el negocio de los dulces un tal Calzón Tierno.
Capítulo III
Nos dice que Jaime, se encontraba debajo de un árbol y desde allí, observaba a los niños que trabajaban en aquella calle. Y que cada uno se ganaba la vida de acuerdo a sus ingenios, una niña trabajaba con un bebe en su espalda, un niño de tez monera hacia malabares y limpiaba el parabrisas de los autos. Y que también había visto como algunas personas le hacían malas caras o se molestaban porque iban de prisa, pero que esto no afectaba en nada el carisma de los niños pues ellos trabajan con mucho entusiasmo y algarabía. Él se puso a pensar en todo lo que ocurría a su alrededor y disimulaba la mirada rara que le hacia aquel hombre a quien llamaban Calzón tierno. Como estaba cansado se quedó dormido por un instante. La Flaca le tiro piedritas para se levantará él, se despertó enojado pues no estaba acostumbrado a que lo despertaran así, furioso porque ella tenía su suéter le dijo, primero me robaste mi dinero a hora me quieres robar mi ropa. Ella le dijo que no le quería robar nada solo que debía estar atento porque por allí roban con mucha frecuencia, aunque ya había comunicado que eran amigos y si lo intentaban se los verán ella. luego se presentó con los demás niños el Negro José y Bota-la-pepa quienes preguntaron si el nuevo tenía permiso ya que este lugar era manejado por la Tía Meche, que era quien daba las órdenes como cuando y donde, él pensó que se pedía permiso a la policía a lo que los niños se rieron pues eso no era así. Ya que ellos estaban prácticamente olvidados por la sociedad y solo les quedaba trabajar para sobrevivir.
Capítulo IV
Menciona que Jaime empezó a trabajar con los demás niños en aquel lugar, y que de vez en cuando se acercaba a la niña que trabajaba con él bebe sobre su espalda, pero ella lo ignoraba y al caer la tarde llovió y todos se cubrieron con plásticos y siguieron trabajando, aunque él, sentía mucha hambre, solo siguió haciéndose la pregunta cuando volvería a estar bajo un techo. La flaca le había prometido que lo llevaría a donde la Tía Meche, para que le otorgue el permiso. La lluvia aumento y él, se cubrió debajo de un árbol repente se le acerco la niña con él bebe y le pidió de favor que la cuidara ya que ella debía seguir trabajando. Él, acepto, pero le advirtió que no se tardara y la vio alejarse desclasa con ropa descolorida. Miro la criatura y vio que era una niña hermosa, pero con la desgracia de no poseer nada más que unas ropas con agujeros y una pulsera para el mal de ojo. Él no era experto en cuidar bebés así que cuando se despertó y empezó a llorar no sabía qué hacer, Bota-la-pepa se acercó a ayudarlo y le dieron a chupar un trapo humedecido con azúcar y sin darse cuenta casi lo asfixian. Después todos se marcharon la Flaca y Jaime se dirigieron a la casa de la Tía Meche. Él estaba cansado, pero no quería volver a su casa hasta que su padre regresara. Ella le puso de apodo Futre, porque vestía bien, y entre risas caminaron con el viento frio pues la cuidad estaba en tierra de volcanes que según las leyendas los dos eran hermanos uno más viejo que otro. Ella dijo dónde está el volcán pichincha es el norte donde están los barrios ricos y en el sur están los barrios pobres.
Capítulo V
Nos habla que después de caminar por una hora llegaron al sur, ya era de noche y solo se veía la iluminación de las cúpulas de las iglesias. Jaime y La Flaca caminaron por unas calles angostas hasta que llegaron a una casa antigua y abandonada donde ingresaron en silencio. La Flaca dijo a Jaime que en ese lugar vivía la jefa y subieron hasta el segundo piso donde, llamaron y luego entraron. En aquel lugar se encontraba dos hombres de aspecto brusco que preguntaron quién era el niño que la acompañaba y porque lo había llevado allí, que eso molestaría a la jefa. También estaba un hombre a quien le decían el profesor. Ella dijo que el tal Calzón tierno le había comentado que la jefa estaba en busca de un niño como él. Los guardias los dejaron pasar y el profesor y los niños caminaron por un largo pasillo hasta llegar a una puerta de metal donde llamo y un voz de mujer se escuchó y la puesta se abrió y el profesor paso primero a hablar ella, le mencionó que la buscaba una de las vendedoras de la calle la Flaca, después el profesor salió y los niños entraron al lugar que era como una oficina con varias computadoras distribuidas en escritorios y sillas bien tapizadas que forman una uve y en el centro se encontraba la mujer con voz ronca de fumadora, cabellos rubios y mucho maquillaje que al verlos le sonrió con una hipocresía que se notaba a leguas. La flaca le presento a Jaime y le dijo que él era lo que andaba buscando y que le diera permiso de trabajar con los demás vendedores. La jefa le dijo que estaba bien que no había ningún problema en pertenecer a su organización, que era un muchacho muy guapo que pronto le ofrecería un trabajo mejor.
Capítulo VI
Nos cuenta que la entrevista no duro mucho ya que la mujer sabía que utilizaría al niño en uno de sus trabajos especiales. Antes de que se marcharan solo preguntó si él tenía familia, le contesto que no y también le tomo unas fotografías de frente y de perfil. Después salieron de allí los niños y caminaron de regreso, Jaime tenía muchas interrogantes para la Flaca, a lo que ella, contesto que debía estar seguro de su decisión pues si no la metería en problemas. Ya que la jefa solía ser cruel con los que le fallaban. Al escuchar eso ya no esta tan seguro de seguir porque extrañaba los recuerdos de su hogar, pero al mismo tiempo todo lo que había vivido en ese día lo hicieron poner nervioso y además tenía hambre. La flaca lo llevó a un basurero donde debían buscar comida. Para su suerte en medio de cartones y restos de basuras encontraron un cartón que contenía un buen trozo de pizza y lo compartieron los dos, la Flaca le preguntó si de verdad no tenía familia. él respondió que su madre había muerto en España en accidente mientras trabajaba y que su padre se había ido del país, y que había quedado bajo el cuidado de una tía que apenas conocía y lo único que sabía de ella, era que no tenía paciencia. Después bebieron agua del parque sin que se dieran cuenta los municipales y recogieron unos periódicos que serían la cama de él. Ella, le aconsejo que si no trabajaba debía irse a su pueblo o le iría mal. La noche estaba fría Jaime, tendió los periódicos en el piso y de pronto sonó una canción triste y miro la constelación de las estrellas que formaban una cruz, la nostalgia lo invadió y sus ojos se inundaron.
Capítulo VII
Nos habla que Jaime, se encontraba en las gradas sentado en una piedra entre los grandes muros donde, había pasado la noche, estaba muy pensativo con su decisión de quedarse o irse. Las luces de aquel lugar se apagaron, pero él, decidió quedarse allí. Porque La Faca, lo buscaría, aunque debía darle una respuesta, estaba perdido en sus pensamientos cuando de pronto apareció ella, sin hacer ruido con una bolsa. Donde llevaba unos panecillos con grageas que le habían regalado en una panadería, aunque estaban duros porque tenían días, eran muy ricos. Ella, le preguntó si sabias de donde vienen las bolitas de caramelos él, le dijo que de las fábricas. Ella dijo que esas bolitas eran las lágrimas de los ángeles porque cuando los ángeles lloraban derraman esas bolitas sobre los panes ya que los panderos dejan abierta las ventanas que es por donde entran los ángeles a dejar sus lágrimas. Ella llevaba puestos unos zapatos y unos aretes de pluma y le comento que quería ser una modelo famosa. Y que se compraría un carro rojo y que cada vez que viera niños vendiendo en la calle le compraría todo y les daría propina. Él, le pregunto si había asistido a la escuela. Menciono que solo hasta la primaria cuando su hermana vivía la cuidaba y le comparaba todo lo que necesitaba, pero como se había muerto, porque trabaja de mula y de su madre no sabía nada ya que ella siempre estaba ausente. Y un día se fue y no volvió más, se levantó y sacudió sus manos y le preguntó si se iba a quedar. Él tenía toda la intención de decir que no, pero sin darse cuenta dijo que sí. La Flaca estaba muy contenta por la decisión, aunque solo sería hasta navidad.
Capítulo VIII
En este capítulo nos nuestra que, a la mañana siguiente en la guarida de la jefa, en su oficina se encontraba ella, con su atuendo de bruja malvada estaba con el profesor trabajando en sus planes malévolos. En aquel escritorio había un montón de documentos que ordenar y la Tía Meche, se sentó frente a su computadora por algunas horas mientras disfrutaba de la música. Por error el profesor realizó un silbido que la hizo enojar él, le pidió disculpas y siguieron trabajando después de un tiempo mencionó que ya tenía todo listo. Y preguntó si se incluía la foto tomada la noche anterior pues ya estaba revelada. Ella, dijo que, si porque siempre es bueno tener opciones, ellos estaban planeando vender los órganos de los niños de la calle. Aunque el profesor tenia algunas interrogantes, la jefa le dejó claro el asunto y que no debía andar de lengua larga o terminaría muy mal. Porque ella, sólo estaba haciendo un trabajo como cualquier otro con demandas y sacrificios, el profesor al abrir la carpeta y ver la foto de La Flaca se sorprendió. Pero la jefa dijo que ella era muy atractiva que estaba descartada para ese trabajo, que la dejaría para otros planes. También menciono que no tenían familia y que nadie se iba a preocupar por ellos, que la sociedad hace mucho los había abandonado y que le estaba haciendo un favor a los programas del gobierno. El profesor se convenció de lo que la jefa decía, y pensó que ella tenía razón y para concluir termino diciendo que en la vida unos mueren jóvenes y otros viven más, pero que los ricos recibían lo que los s pobres donaban.
Capítulo IX
Ya en este capítulo La flaca y Jaime se dirigieron al refugio, a un lugar que quedaba al sur de la ciudad. Luego de haber trabajado todo el día en la calle, vendiendo caramelos y chocolates. Al llegar al lugar él, se percató que era un lote baldío donde antes había funcionado la estación del tren. Que con el pasar del tiempo se convirtió en un botadero de chatarra donde estaban dos buses abandonados que en su momento habían sido motivo de orgullo para la ciudad. Ya sólo quedaba escombros y hierros retorcidos. Bajaron una cuesta hasta donde estaba una fogata ella, se adelantó para hablar con Pan Quemado como le llamaban a un niño de la misma edad que Jaime. Él tenía su pelo crespo y en su rostro una enorme cicatriz pues había sufrido un accidente mientras hacía malabares con llamas. Jaime le extendió la mano, pero viro su cara porque sentía pena, pero aquel niño le dijo que lo mirara de frente, hizo todo lo posible para mantener la mirada y mientras se conocían La Flaca, fue en busca de dos platos al bus para compartir la comida que le daban todos los lunes en una chifa, ya que los fines de semana sobraba comida, Jaime al oler la comida sintió mucha hambre cosa que no había pasado durante todo el día y al tener su plato en la mano se comió todo de un bocado. Luego avivaron la fogata con papeles de colores y él cerro sus ojos por un momento y se imaginaba un caldo de gallina con sus presas. La Flaca le preguntó qué quería ser de grande. Él no tenía ni idea pues antes pensaba que iba ser un gran agricultor, pero su padre había vendido sus tierras así que ya no sabía que iba a ser.
Capítulo X
Menciona que llegaron al refugio los demás niños La Canguro, Bota-la-pepa y el Negro José. Se acercaron a la fogata a poner sus manos al calor del fuego. La Canguro pregunto si había comida y La Flaca dijo que si había la comida que le regaba doña Rosita. Jaime se quedó sorprendido al escuchar que había comida y él con tanta hambre. La Flaca explico que era una comida que a veces tenía cucarachas, tapas de botellas u olía mal y que por eso lo había guardado parar los demás muchachos porque ellos, no eran tan exigentes. Ella menciono que le daba asco esa comida. Por un momento todos guardaron silencio cada uno con sus propios pensamientos. Como ya era muy noche y parecía que iba a llover La Flaca, pidió ayuda para entrar a Pan Quemado quien se había quedado dormido en el suelo, después cada uno busco su asiento para irse a dormir con su saco o periódico. La flaca se fue al otro bus con Jaime y se abrigaron con una cobija de lana que ella había prestado a un albergue al que ella llamaba cárcel de los curitas, porque allí obligan a los niños a estudiar y a ir a misa todos los días. Ella comento que vivía en los asientos delanteros del bus por ser la única que queda de lo que vivían allí, hasta que llegaran nuevos niños como él, espero y estés agradecido ya que este lugar es un lujo. Jaime pregunto qué había pasado con los que antes vivían allí ella, menciono que la Tía Meche los había mandado a hacer otro trabajo. Una vez que se van jamás vuelven supongo que le dan buenos trabajos. Él preocupado dijo cuando me den ese trabajo no quiero ir me dé aquí porque no conozco a nadie.
Capítulo XI
Cuenta que pasaron los meses y Jaime siguió vendiendo dulce, aunque su ropa se volvió sucia y desgastada ya lo llamaban Futre, la vida se había vuelto una rutina Calzón Tierno, le entregaba la mercadería una vez al mes y se aseguraba de que los niños cumplieran con su cuota. al finalizar la jornada rendían cuentas con él y le daban una pequeña ganancia, las reglas eran muy claras si no vendían eran castigados a correazos. Jaime aún no había sido castigado gracias que La Flaca le había enseñado lo necesario para sobrevivir en la calle y saber vender. Ella, se encargaba de buscar comida para ambos en lugares donde daban sobras, también le contó que una vez le robaron la mercancía y que Calzón Tierno no le había creído y le dejo moradas las piernas. ÉL le dijo que eran dos y que se iban a cuidar las espaldas, pero ella, dijo que se podía cuidar sola y entonces Jaime se enojó y se subió a un bus, pero el chofer lo bajo, luego ella le explico que hay choferes que son buenos y hay otros que son malos no dejan subir hasta que le pagues el pasaje. Para subirse ella canta una canción que aprendió en el albergue después, se subieron a un bus mientras ella, cantaba él veía que algunos pasajeros la observaban con simpatía y otros eran tan indiferentes y crueles. En la tarde regresaron al refugio y conversaron sobre las ganancias del día y después Jaime le preguntó por su mama y ella le dijo que había sido muy mala con ella y que no quería recordarla. También le contó que en el albergue iban señoras a contarles cuentos de personas valientes y él había quedado fascinado con las historias, pero pensaba en la infancia que había tenido ella.
Capítulo XII
Nos dice, que el profesor y la Tía Meche discutían sobre el trabajo que le encargarían a Jaime. El profesor no confiaba en él para el trabajo, pero la jefa estaba de buen humor y confiaba en el muchacho quería que entrara como hijo de una muchacha de servicio y le harían creer que todo se trataba de una sorpresa. Ella iba a usar al muchacho para uno de sus trabajos sucios y utilizaría a La Flaca, para convencerlo y después chantajearlo que si no hacia lo que ellos pedían. Ella sufriría las consecuencias, mientras tanto querían enviarla a trabajar en algo que les dejara muchos beneficios. Querían convencerla de que la volverían una actriz famosa, el profesor tenía muchas interrogantes acerca del pasado de la jefa una mujer sin escrúpulos y calculadora, él no sabía de dónde provenía. Sólo conocía muchos rumores, pero nada concreto, había muchas versiones de su vida. Unos decían que había sobrevivido a un incendio otros decían que era la mismísima bruja y que se había criado en las calles donde aprendió el hampa. También se decía que ella estaba protegida por alguien que manejaba muchos negocios sucios. Diez veces había estado a punto de ir a la cárcel, pero salía libre por falta de prueba. Con el profesor eran socios desde hace algunos años ella, lo había contratado para falsificar títulos universitarios y lo chantajeaba para que le siguiera prestando su servicio y él se había quedo porque se sentía atraído por ella y le gustaba el dinero fácil y creía que cuando ella se fuera a la cárcel él se quedaría con todo. Pero él no sería capaz de hacer negocios con los del extranjero porque le daba escalofrió solo quería su parte del dinero y mientras pensaba fue descubierto por la jefa quien le dijo querido profesor está pensando en un futuro sin mí. Él quedo atónito y pensó en decirle vieja bruja, pero solo le sonrió.
Capítulo XIII
Cuenta que La Flaca, caminaba con la mirada fija en sus dedos que aparecían en sus zapatos rotos. Y que se sentía preocupada por la entrevista que había tenido con la jefa, quien le había pedido que engañara a Jaime y ella, temía que algo saliera mal ya que presentía que lo iban a utilizar para algo peligroso. Pero ella, solo quería cuidarse a sí misma, aunque no dejaba de darle vueltas al asunto, pensaba que él se enojaría, entonces se le ocurrió una idea compartirle la mitad de sus ganancias y problema solucionado. Se fue al refugio pensando en el otro trabajo que le habían ofrecido ya que en ese le daban la oportunidad obtener ropa y zapatos nuevos. Ella, no podía creer cuanta suerte había tenido, pensaba que iba a terminar como las amigas de Calzón Tierno, solas tristes y abandonadas. Con tantas emociones se le olvidó recoger las sobras del restaurante de turno, pero Jaime la sorprendió con un papi pollo que había comprado con su dinero. Se sentaron a compartir la comida y recordaron que hace tiempo no deleitaban una presa de pollo, él cuando estaba en su casa y ella antes de que su hermana muriera. Pero bueno no hay porque sentirnos mal, menciono ella. Después de comer, le mostro el tesoro que guardaba una foto familiar en la cual aparecía un perro, aunque no le gradaba porque mordían, seguía con su sueño de ser modelo, pero él le dijo que parecía una vaca sin gracia a lo que ella, no tomo importancia solo dijo que él no sabía nada del tema y que debía practicar porque la jefa le había ofrecido trabajar de actriz en una película. Él sintió que se iba a quedar solo, pero ella le dijo que también tenía que cumplir con el trabajo que le habían mencionado cuando entro a la organización.
Capítulo XIV
Menciona el plan de Jaime, aunque al principio sonrió al final dijo no se marcharía a ningún lado porque ella era libre y no quería que nadie le diera ordenes de qué hacer con su vida. Tenía miedo que no la aceptaran y perder todas las oportunidades que le estaban ofreciendo. Él se sintió triste por la decisión, así que se fue a caminar, no podía creer que despreciara su ayuda. Con lo acontecido su deseo de volver a su casa se hizo más fuerte. Después ella les contó a todos de su nuevo trabajo, los niños estaban asombrados y también triste porque nunca más la volverían a ver. Aunque ella aseguraba regresar pronto. El negro José se había roto un brazo mientras trabajaba un auto lo envistió y entre todos lo cuidaron, aunque en las noches su dolor se intensificaba. Y así pasaron los días después ya no le dolía, pero no podía moverlo. Todos se marcharon a trabajar Jaime, se había quedado arreglando su zapato, de pronto ella se le acerco y conversaron de algunas cosas cuando de pronto apareció el auto que venía a llevársela. Ella fue por sus cosas y antes de subirse al carro miro a Jaime con una mirada vacía como si la estuvieran llevado a un sacrificio. Él corrió y gritó Flaquita no te vallas, pero una mujer subió los varios de la ventana y antes que se cerrará la puerta sus miradas se encontraron y ella le gritó que no aceptara el trabajo porque lo iban engañar como a ella y lanzo una cartera donde tenía una foto y sus ahorros. Lo llevo hasta el bus se sentía muy confundido de pronto a pareció Calzón Tierno quien se lo llevo y le dijo que no quería que le diera problemas.
Capítulo XV
Nos dice que ya habían pasado algunos días desde el día que se llevaron La Flaca. Él no sabía nada porque desde aquel día lo tenían prisionero en la guarida de la Tía Meche. Solo recordaba aquella vez que entro a la oficina de la jefa quien le sonrió hipócritamente y que pronto cambio su amabilidad por gritos e insultos. Todo porque no quería colaborar con ella. Él fue amenazado con La Flaca, que si no hacia lo que querían no la volvería a ver y que perdería una pierna o un brazo si se seguía negando. Si escapaba lo encontrarían por ella tenía gente en todas partes. Jaime, al verse obligado acepto hacerse pasar por el hijo de una empleada y luego fue secuestrado con un hombre que le pedían de mil maneras que lo dejaran en libertad ofreciéndoles mucho dinero, pero le taparon la boca, ambos se encontraban prisioneros en aquella casa. Calzón Tierno le había dicho que, si hacia otro trabajo bien lo dejarían ver a La Flaca, ya que él era el encargado de cuidar el lugar, Jaime se encontraba encerrado en el cuarto de una niña, después de unas horas volvió a aparecer para traerle malas noticia La Flaca había desaparecido y nunca más lo volvería a ver. él se tapó los oídos no quería escucharlo, al estar solo otra vez pensaba que tenía que hacer lo imposible por salir de allí, hizo mucho ruido pateo la puerta y el cuidador se enojó y le coloco un sedante él se derrumbó en el cuarto e imagino un avión y un teléfono que sonaba en el cielo y entro a un profundo sueño.
Capítulo XVI
Nos cuenta que Jaime, se despertó sintiendo que su cabeza se partía en pedazos pues sentía un dolor intenso como si lo huera sacudido la corriente eléctrica. Todo a su alrededor estaba borroso, sintió miedo y quiso pedir ayuda pero su boca estaba tan seca que no podía pronunciar una palabra, trato de ponerse de pie pero se cayó de espalda, como pudo se arrastró hasta llegar al baño pero seguía sintiendo su cuerpo muy pesado y su ropa muy pegada a él, al sacarse las media vio que tenía unas plumas debajo de sus pies e imagino que había pisado los arete de La Flaca tomo un baño pero sus ojos estaban tan pesado que volvió adormirse, cuando volvió a despertar se sintió muy angustiado porque tenía plumas en los brazos y en las piernas. Se preguntaba cómo era posible que tuviera plumas acaso se había convertido en un pájaro o en un ángel. Lloro y cantó la canción que La Flaca cantaba en los buses cuando vendían los chocolates. Se preguntaba porque nadie le había llevado comida, aunque en ese momento no tenía hambre. En su imaginación él creía que lloraba bolitas de colores y en medio de eso una llovizna mojaba los cristales de las ventanas, mientras que afuera de las habitaciones se oían voces como; corran, la policía viene, disparos, fuego entre otros. Jaime seguía alucinando debido al sedante creía que era un pájaro que estaba en un lago donde había caballos, que veía a su padre y que la bruja de la Tía Meche aparecía lanzando fuego por los ojos. Él se sentía confundido y aterrado y de lanzo por la ventana porque se creía un pájaro con alas y plumas firmes, y mientras se lanzaba fue alcanzado por una bala, se cayó y cerro sus ojos.
Capítulo XVII
Menciona que después de varios días Jaime, intentaba abrir sus ojos, pero sentía una pesadez que no le permitía abrirlos. Intento despertar y sus ojos fueron respondiendo y al abrirlos se encontró con la mirada de La Flaca. Él no podía creer que fuera ella porque estaba limpia y con ropa nueva, pero ella con su apariencia extrovertida le empezó a contar todo lo que había ocurrido, aunque él aún estaba perdido en sus recuerdos. Le comentó que se había escapado de sus verdugos y que busco ayuda en el albergue. Quienes lo ayudaron y fueron a la policía y rastrearon a la persona desaparecida y es por eso que dieron con él. Que Calzón Tierno había muerto, el profesor estaba en la cárcel y que la Tía Meche se había ido a Panamá donde estaba siendo procesada por sus delitos. Mientras que los demás el Negro José, Pan Quemado y Bota -la -Pepa estaban en el albergue, aunque al final sólo se quedó uno allí, porque los demás eran almas libres y la Canguro estaba desaparecida. Y que él estaba vivo de milagro le habían inyectado droga, había saltado de dos pisos y que también había sido disparado por error en su hombro. Su tía había estado al pendiente de todo, y lo iba a cuidar con mucho amor y cariño. Su padre iba hacer todo lo posible para volverse a reencontrarse. Ella le menciono que se quedaría a vivir en el albergue y que lo visitaría, y se despidió con un beso. Él se quedó con una sensación de felicidad y pensó muchas cosas al escuchar llorar un bebe e imagino que algún día sería padre, pero que nunca abandonaría a su hijo.
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